La dependencia de las grasas durante el ejercicio física se asocia con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV) en mujeres y personas de ambos sexos que se enrolan en entrenamiento cardiovascular. Una mejor comprensión de las adaptaciones metabólicas a una mayor utilización de las grasas después del entrenamiento de resistencia aeróbica puede ayudar al desarrollo de estrategias terapéuticas para reducir los eventos de ECV en poblaciones de alto riesgo.