El oxígeno, fundamental para nuestras células, tejidos, órganos y todo el organismo, necesita un suministro suficiente. Para ello, las células y los tejidos necesitan percibir la falta de oxígeno, la hipoxia, para adaptarse adecuadamente a esta condición potencialmente mortal. La simple cuestión de cómo una condición física, a saber, la presión parcial de oxígeno (pO2 ) en las células o los tejidos puede traducirse en una respuesta biológica, ha alimentado la investigación científica durante muchas décadas. Esta revisión narrativa explora el saber en esa cuestión.