Además de servir como un marcador de actividad física insuficiente, el comportamiento sedentario puede afectar directamente el riesgo futuro de enfermedad cardiovascular (CVD). En este trabajo el comportamiento sedentario se asoció ampliamente con resultados cardiovasculares adversos futuros, con efectos particularmente prominentes en la insuficiencia cardiaca y la mortalidad cardiovascular, donde el riesgo se refleja aproximadamente en 10,6 h/día de sedentarismo. Aunque la actividad física moderada y vigorosa que cumple con las pautas internacionales mitiga parcialmente el riesgo excesivo, optimizar el comportamiento sedentario parece ser importante incluso entre las personas físicamente activas. Incluye el comentario "Sedentary Behavior and Risk of
Cardiovascular Disease" de Charles B. Eaton publicado en la misma revista.