En 1975, Köhler y Milstein inventaron la tecnología de hibridomas para la generación de anticuerpos monoclonales murinos con especificidad de unión al antígeno predeterminada. El impacto transformador de los anticuerpos monoclonales queda demostrado por su uso generalizado como reactivos de investigación biomédica y la aprobación mundial de al menos 212 terapias con anticuerpos, con decenas de millones de pacientes tratados hasta la fecha.