Este artículo de revisión se centra en la necroptosis, una modalidad de muerte celular que, a diferencia de la apoptosis (muerte celular ordenada), es un proceso necrótico lítico ("sucio") que está genéticamente codificado y tiene consecuencias significativas para la fisiología humana y las enfermedades inflamatorias. La distinción entre estas modalidades es fundamental, ya que la muerte celular necrótica puede desencadenar tormentas de citocinas y fallo orgánico, mientras que la apoptosis puede tener capacidades antiinflamatorias y regenerativas. La necroptosis, junto con la piroptosis, es una vía de muerte celular necrótica activamente desencadenada por moléculas del huésped o patógenos. El desenmascaramiento molecular de la necroptosis comenzó con la observación de que ligandos de muerte como TNF y FasL podían inducir necrosis que no podía ser bloqueada por inhibidores de caspasas. Existe evidencia creciente de que la necroptosis está implicada en diversas patologías humanas. Por tanto, modular o inhibir la maquinaria necroptótica para prevenir el daño tisular se presenta como una prometedora diana terapéutica.