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Comprehensive human proteome profiles across a 50-year lifespan reveal aging trajectories and signatures

Investigadores: Yingjie Ding, Yuesheng Zuo, Bin Zhang, Yanling Fan, Gang Xu, Zhongyi Cheng, Shuai Ma, Shuaiqi Fang, Ao Tian, Dandan Gao, Xi Xu, Qiaoran Wang, Yaobin Jing, Mengmeng Jiang, Muzhao Xiong, Jiaming Li, Zichu Han, Shuhui Sun, Si Wang, Fuchu He, Jiayin Yang, Jing Qu, Weiqi Zhang, Guang-Hui Liu

Este estudio presenta un atlas proteómico integral y dinámico, acompañado de análisis histológicos, basado en 516 muestras de 13 tejidos humanos recolectadas a lo largo de cinco décadas, con el fin de mapear el proteoma humano del envejecimiento. Los tejidos analizados abarcaron siete sistemas corporales, incluyendo cardiovascular (corazón y aorta), digestivo (hígado, páncreas e intestino), inmune (bazo y ganglio linfático), endocrino (glándula suprarrenal y tejido adiposo blanco), respiratorio (pulmón), tegumentario (piel) y musculoesquelético (músculo), además de muestras de sangre. l análisis reveló dos fenómenos clave a nivel molecular en los tejidos envejecidos: 1) Desacoplamiento Transcriptor-Proteoma: Se observó un desacoplamiento generalizado entre la expresión de ARNm y los niveles de proteínas (proteínas), un fenómeno que se acentúa con la edad, especialmente en el bazo, el músculo y los ganglios linfáticos. 2) Declive de la Proteostasis: El mantenimiento de la homeostasis proteica disminuye con la edad. Este declive se caracteriza por la acumulación de amiloides. Específicamente, los datos proteómicos y el análisis de inmunofluorescencia tisular confirmaron la acumulación de proteínas amiloides, como la amiloide sérica A1 (SAA1) y A2 (SAA2), junto con la activación excesiva de la vía inmunológica (incluyendo inmunoglobulinas y el complemento C4A). Este eje amiloide-inmunoglobulina-complemento podría ser un componente fundamental del microambiente del tejido envejecido. La mayoría de los tejidos experimentan una inflexión significativa en la tasa de envejecimiento alrededor de los 50 años. La aorta (vasculatura) fue identificada como un tejido que envejece temprano y es excepcionalmente susceptible al envejecimiento, mostrando las fluctuaciones proteómicas más continuas y pronunciadas a lo largo de la vida. La aorta se postula como un "senohub" (centro de senescencia), ya que no solo es sensible a los cambios relacionados con el envejecimiento, sino que también es una fuente principal de proteínas senescentes (senoproteínas) circulantes que amplifican las señales de envejecimiento sistémico.