Las interacciones entre el cáncer y el hueso se han investigado principalmente en el contexto de la metástasis ósea. Sin embargo, la propagación hematógena no es la única vía por la que las células cancerosas penetran en el hueso. Ciertos tipos de cáncer, como el carcinoma escamocelular de cabeza y cuello (CCECC), invaden directamente el tejido óseo debido a la estrecha relación anatómica entre el hueso y las lesiones primarias. Este tipo de invasión empeora significativamente el pronóstico y la calidad de vida; sin embargo, se ha prestado comparativamente menos atención a los mecanismos de invasión ósea relacionada con tumores primarios. Un estudio reciente demostró que el periostio se engrosa en respuesta a la proximidad de los tumores y funciona como una barrera física contra la progresión tumoral. El engrosamiento del periostio ocurre en la etapa preinvasiva, un momento clave que se ha pasado por alto en estudios previos, y contribuye de forma crucial a la inhibición de la invasión del cáncer en el hueso.
