Embedding oral health indicators into multidimensional frailty models
Investigadores: Vittorio Dibello, Frank Lobbezoo, Vincenzo Solfrizzi, Francesco Panza
Año publicación: 2025
Medio: Nature Aging
Categorías: Antropología/Sociología/Política, Clínica, Fisiología
El texto es una carta de investigación que aboga por la integración de indicadores de salud oral en los modelos multidimensionales de fragilidad para mejorar la predicción, la intervención temprana y la atención integral de los adultos mayores. La tesis central es encuadrar la salud oral como un componente esencial de la fragilidad. La fragilidad es un trastorno biofisiológico multifacético caracterizado por la disminución de las reservas fisiológicas y la resistencia a los estresores. Los autores sostienen que la salud y la enfermedad oral contribuyen al envejecimiento sistémico y la fragilidad a través de vías biológicas, funcionales y psicosociales. La exclusión persistente de la salud oral de los modelos de fragilidad refleja una supervisión clínica y una oportunidad perdida. La pérdida dental y el deterioro de la masticación dificultan la ingesta de alimentos ricos en fibra y proteínas, lo que aumenta el riesgo de desnutrición y catabolismo muscular. La disfunción masticatoria se asocia directamente con la sarcopenia. La xerostomía (boca seca), común con la polifarmacia en adultos mayores, empeora la disfagia y la pérdida de apetito, contribuyendo a déficits calóricos. La mala salud oral (como la pérdida dental no tratada, la halitosis o el dolor oral) socava el bienestar emocional y la conexión social. Esto puede llevar a la vergüenza, la auto-conciencia y la evitación de comer en público, lo que contribuye a la soledad, los síntomas depresivos y la reducción de la autoeficacia, elementos centrales de lo que se denomina fragilidad biopsicosocial. Sin entrar en la asociación entre inflamación y enfermedades o disbiosis oral. Los datos longitudinales de cohortes poblacionales apoyan esta conexión, mostrando que la mala salud oral (incluida la pérdida dental completa, la salud oral auto-calificada deficiente y la boca seca) aumenta el riesgo de fragilidad incidente, deterioro funcional y mortalidad por todas las causas, independientemente del estatus socioeconómico. A pesar de la disponibilidad de datos en grandes encuestas, la integración se ha visto limitada por barreras sistémicas, principalmente la histórica división entre la odontología y la medicina geriátrica. Superar esto requiere una fuerte colaboración interdisciplinaria, protocolos de evaluación compartidos y mayor reconocimiento de la salud oral como un dominio esencial del envejecimiento sistémico.