En los ensayos clínicos de farmacoterapia para la obesidad, los protocolos actuales comparan el tratamiento con intervenciones en el estilo de vida, que consisten en reducir la ingesta calórica, aumentar la actividad física y asistir a sesiones de mejora del comportamiento. Si bien resulta útil para evaluar los beneficios incrementales, en este breve comentario los autores sugieren redefinir la «intervención en el estilo de vida» para incluir el manejo del sueño y la salud mental, a fin de alinearse con el pensamiento científico actual y mejorar la comprensión pública sobre la salud.