Dado que los estudios sobre la privación del sueño muestran sistemáticamente que la falta de sueño provoca déficits neurocognitivos, los efectos de la falta de sueño en la salud cerebral y la cognición son de gran interés y preocupación. En este artículo, los autores sostienen que el sueño restringido experimentalmente no es un buen modelo para comprender las funciones normales del sueño en entornos naturales. La investigación interdisciplinaria sugiere que el sueño humano depende notablemente de las condiciones ambientales y las normas sociales, por lo que escapa a las reglas de aplicación universal. La necesidad de sueño varía con el tiempo y difiere entre individuos, lo que muestra una relación compleja con la función neurocognitiva. Este aspecto del sueño rara vez se aborda en el trabajo experimental y no se refleja en las recomendaciones de los expertos sobre la duración del sueño. Los autores recomiendan centrarse en el papel de los factores individuales y ambientales para mejorar nuestra comprensión de la relación entre el sueño humano y la cognición.