La interacción de los distintos sistemas corporales, incluidos los que regulan las funciones cardiovasculares y metabólicas, ha evolucionado junto con el desarrollo de los organismos multicelulares. Este proceso evolutivo es esencial para la coordinación y el mantenimiento de la homeostasis y la salud general, al facilitar la adaptación del organismo a las señales internas y externas. La alteración de estas interacciones complejas contribuye al desarrollo y la progresión de patologías que afectan a múltiples órganos. Los riesgos cardiovasculares asociados a la obesidad, como la hipertensión, ponen de relieve la importante influencia que ejercen los procesos metabólicos sobre el sistema cardiovascular. Esta comunicación cardiometabólica es recíproca, como lo indican las pruebas sustanciales que apuntan a la capacidad del sistema cardiovascular para afectar a los procesos metabólicos, con implicaciones fisiopatológicas en las enfermedades. En esta revisión, se desribe la naturaleza bidireccional de la interacción cardiometabólica, con especial énfasis en el impacto que tienen los órganos metabólicos sobre el sistema cardiovascular. También se analiza la contribución de los circuitos neuronales y el sistema nervioso autónomo en la mediación de la comunicación cruzada entre las funciones cardiovasculares y metabólicas en la salud y la enfermedad, junto con los mecanismos moleculares implicados.