El artículo que aborda la relación entre la reproducción femenina (embarazo y lactancia) y la salud ósea a largo plazo, concluyendo que, si bien se produce una pérdida ósea transitoria, esta no aumenta el riesgo de osteoporosis o fracturas más adelante en la vida. De hecho, la evidencia sugiere que puede incluso conducir a huesos más fuertes. El esqueleto recupera su contenido mineral y fuerza previos, generalmente dentro de los 6 a 12 meses posteriores al destete. Aunque estudios de microarquitectura (HR-pQCT) han mostrado mejoras, algunas reducciones pueden persistir. Aunque la evidencia predominante indica que esta pérdida y recuperación cíclica del esqueleto no compromete la fuerza ósea a largo plazo, y podría incluso fortalecerla. El mecanismo único propuesto de recuperación después del destete es notablemente rápido y completo, a diferencia de otras causas de pérdida ósea en adultos, que suelen ser lentas e incompletas. Los estudios en animales y datos humanos limitados sugieren que las hormonas calciotrópicas conocidas (como la hormona paratiroidea) no son necesarias para regular esta recuperación.