La osteoporosis es la enfermedad ósea más común en todo el mundo, caracterizada por una baja densidad mineral ósea y un mayor riesgo de fracturas por fragilidad. El mantenimiento de la masa ósea depende del equilibrio preciso entre la síntesis y la resorción ósea. La estrecha relación entre los sistemas inmunológico y esquelético, llamada "osteoinmunología", fue acuñada para identificar estos "mundos científicos" superpuestos, y su función reside en la evaluación de los efectos mutuos de los sistemas esquelético e inmunológico a nivel molecular y celular, tanto en estados fisiológicos como patológicos. Esta revisión narrativa se centra en el papel de los lípidos en la integración de ambos sistemas y la posibilidad de nuevas estrategias terapéuticas.
