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Structural and Scientific Racism, Science, and Health — Evidence versus Ideology

Investigadores: Nancy Krieger, Mary T. Bassett, Steven Phillips

Año publicación: 2025

Medio: New England Journal of Medicine

Los autores abordan el conflicto actual entre la evidencia científica sobre el impacto del racismo estructural en la salud y las acciones del gobierno federal de los EE. UU. A pesar de décadas de trabajo riguroso que documentan los efectos perjudiciales del racismo estructural en la salud, la atención médica y el conocimiento científico, el poder ejecutivo actual del gobierno de los EE. UU. ha considerado que el trabajo sobre racismo estructural y salud es ideológico y "no científico". Como resultado, el gobierno ha rescindido subvenciones de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) y otras subvenciones federales que financian trabajos considerados enfocados en "DEI" (diversidad, equidad e inclusión). La diferencia entre las posturas de los líderes políticos de los NIH y la comunidad científica más amplia se basa en la evidencia, ya que esta última posición está informada por investigación de alta calidad. El racismo científico es una ideología profundamente arraigada y centenaria que postula que las personas pueden ser categorizadas en "razas" genéticamente distintas, cuyas supuestas diferencias innatas causan disparidades en salud, inteligencia y posición social. Una característica del racismo científico es el avance de teorías que ignoran o desvían la atención de las formas en que la injusticia social daña la salud. El racismo estructural se refiere a los legados de regímenes históricos (como la esclavitud, las leyes Jim Crow, y la guerra y desplazamiento contra naciones indígenas) y la discriminación ilegal relacionada que continúan dando forma a la propiedad, el poder político, la riqueza, la educación, la atención médica, la vivienda y los recursos comunitarios en EE. UU., estructurando así las inequidades racializadas en salud.