Existe evidencia de que el hueso interactúa con órganos extraesqueléticos, incluido el sistema cardiovascular, a través de sus funciones endocrinas. Los datos clínicos y experimentales indican firmemente que la interacción entre el hueso y el sistema cardiovascular representa una herramienta futura para la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares. Esta revisión narrativa explora la cuestión.