Intensificar el control de la glucosa reduce las complicaciones microvasculares en la diabetes. Los esfuerzos por optimizar la glucemia han estado a la vanguardia de la mejora de la atención de la diabetes. Históricamente, la HbA 1c ha sido el parámetro de referencia utilizado para evaluar el riesgo de complicaciones crónicas. Sin embargo, la HbA 1c es una medida indirecta de la exposición a la glucemia y está sujeta a factores de confusión. Durante la última década, los dispositivos de monitorización continua de la glucosa (CGM) han permitido una mayor granularidad en la evaluación de la glucemia, y su uso ahora está muy extendido. Por consenso, las concentraciones de glucosa de la CGM se han definido como dentro del rango cuando están entre 3,9 y 10,0 mmol/L, por debajo del rango cuando están por debajo de 3,9 mmol/L y por encima del rango cuando están por encima de 10,0 mmol/L. 2 (según baremos anglosajón). Este comentario replantea el uso de una nueva terminología para objetivos de glucosa dada la mayor precisión de la CGM.