El modelo de carbohidrato-insulina (CIM) predice que las comidas con índices glucémicos variables provocarán respuestas metabólicas y de hambre distintas, incluida una mayor ingesta en las comidas posteriores a las comidas con un índice glucémico alto. Para probar esto, se realizó un ensayo aleatorizado en adultos sanos utilizando comidas de intervención con índices glucémicos bajos, medios y altos y una composición de macronutrientes constante. Los resultados no apoyan algunas premisas del modelo carbohidrato-insulina.