La diabetes es un trastorno metabólico crónico caracterizado por niveles elevados de glucosa en sangre, que conducen a la glicación de proteínas y a la formación de productos finales de glicación avanzada (AGE). Estos AGE contribuyen al estrés oxidativo, la inflamación y el desarrollo de complicaciones como enfermedades cardiovasculares, nefropatía y anemia, aumentando significativamente las tasas de mortalidad entre los pacientes con diabetes. Esta revisión se centra en el papel de los inhibidores de la glicación como una posible estrategia para prevenir patologías relacionadas con los AGE.