La inflamación crónica, asintomática y de bajo grado representa una ventana terapéutica fundamental para las intervenciones dietéticas destinadas a mitigar la progresión de la enfermedad. La investigación actual sobre trastornos inflamatorios tiende a centrarse en las etapas avanzadas de la enfermedad; sin embargo, actuar contra la inflamación crónica de bajo grado (una etapa previa a la enfermedad manifiesta) mediante intervenciones nutricionales tempranas puede ser un enfoque alternativo beneficioso.