La quinasa activada por AMP (AMPK) es un sensor ancestral de condiciones de baja energía celular hallado en todas las especies eucariotas. Las células deben adaptar constantemente su metabolismo a la disponibilidad de nutrientes. En condiciones de energía limitada, AMPK promueve la supervivencia celular y la homeostasis metabólica, cambiando el metabolismo hacia vías catabólicas para aumentar la producción de energía y suprimiendo los procesos anabólicos que consumen energía. Una función principal de AMPK es mantener la salud mitocondrial. AMPK coordina al menos tres facetas críticas del ciclo de vida mitocondrial: fisión, mitofagia y biogénesis. Además, AMPK es esencial para la biogénesis mitocondrial, un proceso que requiere la inducción transcripcional de proteínas mitocondriales. Por tanto, su activación sea nutricional, por ejercicio físico y farmacológicamente se han propuesto como herramientas claves en la preservación y adecuada funcionalidad mitocondrial.