
Therapeutic potential of myokines and myometabolites for brain ageing and neurodegeneration
Investigadores: Mamta Rai, Fabio Demontis
Año publicación: 2025
Medio: Nature Reviews Endocrinology
El trabajo se centra en el potencial terapéutico de las miocinas y los miometabolitos para el envejecimiento cerebral y la neurodegeneración. La neurodegeneración no solo está determinada por señales locales, sino que también es influenciada por señales sistémicas, como factores liberados por tejidos periféricos. La comunicación entre el músculo y el cerebro a través de factores de señalización secretados por el músculo se reconoce cada vez más como un eje de señalización importante. Aprovechar esta señalización músculo-cerebro podría impedir la neurodegeneración y retrasar el deterioro cognitivo durante el envejecimiento. Además, la capacidad funcional muscular es un predictor de la mortalidad general y se ha relacionado con la cognición. Por ejemplo, una mayor fuerza muscular se correlaciona con una menor probabilidad de desarrollar neurodegeneración. El ejercicio protege contra la neurodegeneración y preserva la cognición. La expresión o secreción de algunas miocinas puede ser modulada por el ejercicio y explicar parcialmente esta relación. Varias miocinas inducidas por el ejercicio —como el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), la catepsina B, la irisina, la interleucina-6 y el FGF21— se encontró que señalizan al cerebro cruzando la barrera hematoencefálica. Una posible terapia podría consistir en la combinación de miocinas que benefician al sistema nervioso central (SNC) durante el envejecimiento o la enfermedad (como BDNF, catepsina B e irisina). Además de la circulación, existen rutas alternativas de señalización músculo-cerebro, como el transporte retrógrado de factores de señalización a través de la unión neuromuscular y la médula espinal. El diafragma, clave para la respiración y conectado al cerebro a través del nervio frénico y el nervio vago, podría constituir una ruta de comunicación músculo-cerebro pasada por alto. También es fundamental considerar los efectos perjudiciales de la falta de actividad física. El sedentarismo puede deteriorar la función cerebral debido a la reducción de miocinas protectoras, o porque miocinas perjudiciales que no se expresan normalmente en un músculo funcional (como la hemopexina) se vuelven preponderantes durante el desgaste muscular.