
Appetite loss as a clinical marker of loss of function during ageing
Investigadores: Wan-Hsuan Lu, Juan Luis Sánchez-Sánchez, y Philipe de Souto Barreto
Año publicación: 2025
Medio: The Proceedings of the Nutrition Society
Etiquetas: cerebro, enfermedad, envejecimiento/senescencia, hambre/saciedad, inflamación, músculo
Categorías: Clínica, Ejercicio Física/Actividad Física/Test, Fisiología, Nutrición
La pérdida de apetito es una condición común en el envejecimiento, que afecta aproximadamente al 15% al 30% de la población que vive en la comunidad, y a tasas incluso más altas en hospitales y asilos. La evidencia ha demostrado una asociación entre la pérdida de apetito y resultados adversos, especialmente la malnutrición y la mortalidad. A pesar de su alta prevalencia y valor pronóstico potencial, sigue siendo una necesidad clínica no satisfecha y a menudo se pasa por alto. La revisión destaca que la mayoría de los estudios indican que los adultos mayores con poco apetito tienden a mostrar un pobre rendimiento físico y un aumento en las limitaciones funcionales.La pérdida de apetito se asoció con puntuaciones significativamente más bajas en la Batería de Rendimiento Físico Corto (SPPB), menor velocidad de marcha y menor fuerza de agarre en octogenarios. Los individuos con pérdida de apetito tuvieron un mayor riesgo de desarrollar discapacidad en las actividades básicas de la vida diaria (ADL) a lo largo de dos años. La pérdida de apetito también se asoció con una mayor dependencia en ADL y en las Actividades Instrumentales de la Vida Diaria (IADL). Datos del programa Integrated Care for Older People (ICOPE) sugieren que la pérdida de apetito puede predecir deterioros funcionales potenciales. Los individuos con pérdida de apetito mostraron una mayor probabilidad de tener déficits en todos los dominios de la Capacidad Intrínseca (IC) evaluados por ICOPE, incluyendo cognición, locomoción, psicología, visión y audición. Longitudinalmente, la pérdida de apetito se asoció con la incidencia de deterioro potencial en los dominios de cognición, locomoción y psicología. La pérdida de apetito se asoció con un riesgo de prefragilidad y fragilidad entre 1.6 y 1.9 veces mayor, respectivamente, en adultos mayores. La pérdida de apetito es un marcador temprano potencial de pérdida de función que merece mayor investigación.