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Acute SARS-CoV-2 infection

Investigadores: Amy C. Sherman, Glenda E. Gray, Bin Cao, Kelvin K. W. To, Nadine Rouphael, Ana Maria Henao-Amy C. Sherman, Glenda E. Gray, Bin Cao, Kelvin K. W. To, Nadine Rouphael, Ana Maria Henao-Restrepo, Anthony C. Gordon, Lindsey R. Baden

Este traabjo un resumen fundamental (Primer) sobre la infección por el SARS-CoV-2, el patógeno respiratorio que causó la pandemia global de COVID-19, y sus consecuencias hasta septiembre de 2025. El síndrome clínico del COVID-19 varía ampliamente, desde la infección asintomática (estimada en un 40% de los infectados) hasta la enfermedad grave, que incluye neumonía y muerte. La trayectoria clínica está influenciada por la variante viral, el inóculo, la exposición previa y los factores del huésped. Hasta septiembre de 2025, se habían confirmado globalmente alrededor de 779 millones de casos y 7 millones de muertes por COVID-19. La mortalidad es probable que esté subestimada, con un exceso de mortalidad global estimado en 14.83 millones en los primeros dos años de la pandemia. El factor de riesgo más fuerte para resultados graves sigue siendo la edad, con individuos mayores de 65 años en mayor riesgo. También se ha observado que los hombres presentan una tasa de letalidad 1.7 veces mayor que las mujeres. Varias comorbilidades se asocian con resultados más graves, como enfermedades cardíacas, enfermedad renal crónica, obesidad, enfermedad pulmonar (como EPOC, asma y enfermedades pulmonares intersticiales), cáncer, diabetes mellitus y trastornos neurológicos crónicos. El SARS-CoV-2 es un virus de ARN monocatenario de sentido positivo (~30 kb), clasificado en el género Betacoronavirus. El virus utiliza la proteína espiga (spike) para unirse al receptor ACE2 (enzima convertidora de angiotensina 2) de la célula huésped, con la asistencia de la proteasa serina TMPRSS2. El diagnóstico se basa principalmente en la Prueba de Amplificación de Ácidos Nucleicos (NAAT) (generalmente RT-PCR) por su alta sensibilidad, y la Prueba Rápida de Antígenos (RAT) para pruebas comunitarias o caseras. Se han administrado más de 13 mil millones de dosis de vacunas contra el SARS-CoV-2, salvando más de 14 millones de vidas. Las vacunas proporcionan una fuerte protección contra los resultados graves (enfermedad grave, hospitalización y muerte). Las recomendaciones incluyen dosis adicionales y vacunas actualizadas (como las bivalentes y monovalentes Omicron) para contrarrestar la disminución de la inmunidad y la emergencia de variantes. La pandemia tuvo consecuencias económicas y socioculturales significativas, afectando la calidad de vida y la esperanza de vida (que disminuyó desproporcionadamente en hombres y ciertos grupos étnicos). Se necesita investigación futura para abordar las lagunas en la comprensión, especialmente sobre el COVID persistente (Long COVID), desarrollar mejores vacunas (más duraderas y que bloqueen la transmisión), y refinar las estrategias terapéuticas para poblaciones vulnerables (como los inmunocomprometidos).