Dietary fructose enhances tumour growth indirectly via interorgan lipid transfer
Investigadores: Ronald Fowle-Grider, Joe L. Rowles III, Isabel Shen, Yahui Wang, Michaela Schwaiger-Haber, Alden J. Dunham, Kay Jayachandran, Matthew Inkman, Michael Zahner, Fuad J. Naser, Madelyn M. Jackstadt, Jonathan L. Spalding, Sarah Chiang, Kyle S. McCommis, Roland E. Dolle, Eva T. Kramer, Sarah M. Zimmerman, George P. Souroullas, Brian N. Finck, Leah P. Shriver, Charles K. Kaufman, Julie K. Schwarz, Jin Zhang, Gary J. Patti
Año publicación: 2024
Medio: Nature
Etiquetas: cerebro, grasa/lípidos, hígado, metabolismo
Categorías: Biología, Clínica, Fisiología, Nutrición
El consumo de fructosa ha aumentado considerablemente en las últimas cinco décadas, en gran medida debido al uso generalizado de jarabe de maíz con alto contenido de fructosa como edulcorant. Se ha propuesto que la fructosa promueve el crecimiento de algunos tumores directamente al servir como combustible. Se muestra que la suplementación con fructosa mejora el crecimiento del tumor en modelos animales de melanoma, cáncer de mama y cáncer de cuello uterino sin causar aumento de peso o resistencia a la insulina. Las propias células cancerosas no pudieron en este trabajo utilizar fácilmente la fructosa como nutriente porque no expresaban cetohexoquinasa-C (KHK-C). Los hepatocitos primarios sí expresaron KHK-C, lo que resultó en fructólisis y la excreción de una variedad de especies de lípidos, incluidas las lisofosfatidilcolinas (LPC). En experimentos de cocultivo, las LPC derivadas de los hepatocitos fueron consumidas por las células cancerosas y utilizadas para generar fosfatidilcolinas, el principal fosfolípido de las membranas celulares. In vivo, la suplementación con jarabe de maíz con alto contenido de fructosa aumentó varias especies de LPC en más de siete veces en el suero. La administración de LPC a ratones fue suficiente para aumentar el crecimiento del tumor. La inhibición farmacológica de la cetohexoquinasa no tuvo un efecto directo sobre las células cancerosas, pero disminuyó los niveles circulantes de LPC y evitó el crecimiento del tumor mediado por fructosa in vivo. Estos hallazgos revelan que la suplementación con fructosa aumenta los nutrientes circulantes como las LPC, lo que puede mejorar el crecimiento del tumor a través de un mecanismo celular no autónomo.