Los lisosomas desempeñan un papel fundamental como orgánulo terminal en el flujo de autofagia y en la regulación de la degradación de proteínas, pero su función y adaptabilidad en el músculo esquelético no se han estudiado lo suficiente. Las funciones de los lisosomas incluyen funciones de mantenimiento y señalización esenciales para la homeostasis celular. Esta revisión se centra en la regulación de los lisosomas en el músculo esquelético durante el ejercicio, el desuso y el envejecimiento, teniendo en cuenta las diferencias de sexo, así como el papel de los lisosomas en la mediación de la degradación de las mitocondrias, denominada mitofagia. La intrincada regulación de las funciones lisosomales y las vías de señalización en el músculo esquelético es crucial para la adaptación a las demandas fisiológicas, y las interrupciones en estos procesos durante el desuso y el envejecimiento subrayan el poder ubicuo de las adaptaciones inducidas por el ejercicio, y también resaltan el potencial de intervenciones terapéuticas dirigidas para preservar la salud muscular.
